“Honra el espacio entre no más y aún no”.
Nancy Levin
En la vida todo es cíclico.
Los seres vivos -todos, a pesar de nuestras diferencias biológicas- tenemos un ciclo vital caracterizado por el nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte.
Incluso los doshas tienen un movimiento cíclico, que implica agravamiento, acumulación y alivio.
En la naturaleza, la noche sigue al día; y las estaciones son un claro ejemplo de esta ciclicidad. Cada estación prepara el terreno para la siguiente, están interconectadas. Y para volver al título de este post, es importante comprender que sería imposible la existencia de la primavera, si no estuviera precedida del invierno. El invierno y la “muerte” son indispensables para crear el espacio que lo nuevo necesita para acontecer.
Necesitamos espacio para crecer, y para crear. La creatividad requiere espacio. Por eso el ayurveda sostiene que el espacio (akasha) es el elemento que da origen a los otros 4, y los contiene.
Tenlo presente en el día a día. Sé consciente del espacio en el que se desarrolla tu vida: tu hogar, el lugar donde duermes, donde trabajas, tienen un gran impacto en tu salud y calidad de vida. Cuidar de ese espacio es cuidar de nosotros mismos.
Por otro lado, me parece importante también llevar la metáfora de las estaciones a nuestro plano mental y emocional, y comprender que a ese nivel, también somos cíclicos. Y a veces esa ciclicidad nos genera incomodidad y temor. Porque no nos gusta el cambio, porque crecer se siente doloroso muchas veces, porque ese movimiento generalmente implica adentrarnos a dimensiones desconocidas e inciertas. No suele ser un proceso agradable… pero es tan necesario para nuestra transformación.
La primavera es hermosa, llena de vida y color. Pero honra al invierno cuando te visite, recuerda que está preparando el terreno para que puedas volver a florecer.
