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Todas las enfermedades comienzan en el aparato digestivo

Suena fuerte, ¿no? La primera vez que escuché esta frase me hizo un poco de ruido… _¿Cómo que TODAS? Preguntó hace varios años mi mente de principiante. _ Si, TODAS. Me respondieron. Me llevó un tiempo comprenderlo cabalmente, pero hoy en día esa es una frase que para mi tiene toda su lógica.

Lo loco es que esta no es la única mirada que sostiene este principio. Ya lo decía Hipócrates: “Con la alimentación adecuada, la medicina es innecesaria. Sin la alimentación adecuada, la medicina es ineficaz.” También la medicina funcional tiene como base la nutrición funcional; y el auge que están cobrando hoy en día los estudios relativos a la microbiota intestinal y el síndrome del intestino permeable, no se quedan atrás. Es maravilloso ver cuando caminos diversos confluyen en una misma observación.

Entonces, ¿qué tienen en común problemas digestivos crónicos, asma, problemas en la piel, sobrepeso/obesidad, dolor de cabeza, cansancio, depresión, trastornos del sueño, dolores articulares, endometriosis y muchos más? A simple vista, quizás nada…

Pero desde estas miradas, muchas de estas “enfermedades de la civilización” tienen en común un sistema digestivo alterado, en distintos niveles y grados, lo que se traduce en una situación inflamatoria crónica de bajo grado, que es la base y el factor común de estos trastornos tan diferentes. Y así lo describe el Ashtanga Hrdayam de vagbhata (1:1) “La inflamación es la raíz de todas  las enfermedades.” Es al menos para pensar, ¿no?

Desde hace 5000 años el ayurveda nos viene hablando de la importancia de una alimentación adecuada y un intestino saludable para gozar de buena salud. No nos toca un momento social y cultural fácil en relación al tema, porque al menos en occidente, la industria alimentaria está permanentemente incitándonos a consumir alimentos procesados y refinados, cargados de sustancias artificiales como colorantes y conservantes, con pesticidas y a veces genéticamente modificados. Y a la larga, ese alimento más que ser nuestra medicina, nos termina enfermando.

La clave está en el autorregistro, y en ir tomando conciencia de nuestra alimentación y las decisiones que tomamos diariamente en torno a ella, nos demos cuenta o no. Entonces mi intención con este artículo es en primer lugar llevarte a escuchar tu propio cuerpo: ¿Qué síntomas o molestias te está presentando? Escúchalo, porque cuando el cuerpo habla, es porque algo tiene para decir. ¿Cómo está tu digestión? ¿Cómo está tu nivel de energía? ¿Cómo estás durmiendo? ¿Qué síntomas están presentes hoy?

Y en segundo lugar, la pregunta sería ¿Cómo te estás alimentando últimamente?¿De dónde provienen tus alimentos? ¿Sabes realmente qué estás incorporando con tu dieta? ¿Consumes suficientes frutas y verduras? ¿Es tu alimentación lo suficientemente variada? ¿Qué podrías hacer hoy mismo para comenzar alimentarte mejor?

Se trata de un tema fascinante y extremadamente amplio, que seguramente iré abordando en otros posteos. Pero si te llevas solo una cosa de esta nota, que sea esta: consume lo más que puedas alimentos reales y no productos procesados. Si puedes hacer tan solo ese cambio, tu digestión y tu salud se beneficiarán notablemente.

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