Estoy segura de que al menos has escuchado la palabra alguna vez. Quizás no tengas muy claro de qué se trata (o quizás si), pero sabés de qué te estoy hablando e intuís su importancia. Eso es muy bueno, porque indica que el tema “está sobre la mesa” y te cuento que hasta hace relativamente poco no era así. Cuando yo estudié en la facultad (hace muchos años ya) se le llamaba «flora bacteriana», y apenas si se le daba importancia, solo para algunas cuestiones puntuales. Pero desde hace ya algunos años, la microbiota es un tema que cada vez cobra más relevancia en las investigaciones médicas, porque cada vez queda más en evidencia su importancia para la salud y su rol en distintas enfermedades.
La microbiota es parte de nuestro cuerpo
Es el primer concepto clave a comprender: es tan estrecha la relación que hay entre la microbiota y nuestro ser, que podría decirse que son indisociables. Hablamos de una relación bidireccional y simbiótica (que beneficia a ambos), entre nuestro organismo y distintas comunidades de bacterias, hongos, virus y arqueas.
Se trata de ecosistemas interrelacionados
Me gusta pensarlo así, como un microcosmos que existe en nuestro interior, y que es influenciado tanto por nuestros órganos y sistemas como por el medioambiente que nos rodea o macrocosmos. Y es importante comprender que no hablamos de sistemas aislados, sino interconectados; por lo tanto, los cambios que operen a un nivel, afectarán a los otros.
¿Qué quiero decir con esto? Que hay factores ambientales (como la alimentación, el clima, tóxicos ambientales o algunos fármacos por ej.) que van a alterar la composición de nuestra microbiota. Y hay alteraciones en la microbiota (sobrecrecimiento bacteriano y alteraciones en la biodiversidad) que van a afectar la función de nuestros órganos y sistemas, como por ej. el sistema inmune o el sistema nervioso. Es para reflexionar ¿no? De ahí la importancia de aprender a conocer nuestra microbiota y cómo cuidarla.
¿Dónde se encuentra la microbiota?
Estas comunidades de microorganismos se alojan en distintos órganos y sistemas:
• Aparato digestivo
• Piel
• Boca
• Vías Respiratorias
• Aparato genito-urinario
De todas estas localizaciones, la más rica y abundante en microorganismos es el Aparato Digestivo. Y dentro del aparato digestivo, el colon (intestino grueso) es el sitio más poblado y diverso.
¿Qué funciones cumple la microbiota?
Es importante comprender que de la salud de nuestra microbiota depende en gran medida nuestra salud. ¿Por qué? Porque la microbiota tiene funciones muy importantes para nuestro organismo, que podrían resumirse en:
- Metabolismo: síntesis de ácidos grasos de cadena corta y vitaminas, entre otros.
- Protección: barrera que impide la invasión de microorganismos patógenos.
- Inmunidad: respuesta moduladora del sistema inmune.
- Sistema neuroendócrino: relación bidireccional entre la microbiota intestinal y el Sistema Nervioso Central (eje intestino cerebro).
¿Cómo cuidar mi microbiota?
Es relevante hacernos esta pregunta, porque de eso dependerá en gran medida (pero no exclusivamente!) nuestra salud intestinal y general.
No hay una única respuesta a esta pregunta. Si comprendimos la primera parte, en la que hablamos de los ecosistemas interrelacionados, es fácil deducir que son múltiples los factores a considerar. Te invito a escucharme desarrollar un poco más este tema y su relación con el ayurveda en este link.
Aquí te enumero los principales factores a tener en cuenta:
- Alimentación: consumir alimentos reales, (no productos), agroecológicos, locales, de estación, ricos en fibras, fermentados (ojo pitta!) y variados (+ 30 x semana)
- Estilo de vida: en consonancia con los biorritmos, realizar actividad física y dormir lo suficiente (sueño reparador).
- Gestión emocional y del estrés: medita, practica yoga, conecta con la naturaleza, nutre y sana tus vínculos, sé solidario con quien lo necesite, haz actividades que te conecten con el disfrute y con tu propósito.
¿Y por casa cómo andamos? ¿Cómo anda tu microbiota?