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Ayurveda, una forma de entender y vivir la vida

Una de las cosas más valiosas que me ha dado el ayurveda ha sido aprender a conocerme más y entenderme mejor.

Cuando me acerqué a esta hermosa forma de ver la vida, me encontraba en un momento muy crítico, tanto a nivel personal como profesional. Sentía un vacío muy grande, estaba desconectada y nada me hacía sentido. Me fui hasta India a buscar las respuestas que (está tan claro ahora) estaban en mi interior. Ese viaje a un lugar tan lejano, me trajo de nuevo a mi misma; así de extraña es la vida a veces.

Y el ayurveda tuvo un lugar muy importante en ese proceso. Porque no solo me ayudó a reconciliarme con la médica que habita en mi interior (si, a veces ese rol me desafía, y mucho), sino también a integrar muchas otras dimensiones de mi Ser, que estaban un poco relegadas. La forma que tiene el ayurveda de entender el Universo (su cosmovisión) fue como un bálsamo para mi fragmentado ser de aquel entonces, y me permitió realmente comprender esa unión con el Todo, y esa singularidad del Ser.

Aprender de los elementos y los doshas, realmente para mi fue algo revelador. Fue como si alguien me estuviera traduciendo un mensaje que ya estaba escrito en mi alma. Algo que intuía hace mucho tiempo, pero no lograba poner en palabras. Aprender ese lenguaje, a “leerlo”, en mi misma primero, y después en absolutamente todo lo que me rodeaba, fue para mi un antes y un después.

Entendí de dónde venían muchos aspectos de mi ser, algunos luminosos y otros no tanto, que a veces me costaba comprender y aceptar.

Comprendí que la naturaleza nos habla, permanentemente, y también nuestro cuerpo. Y que es clave, para nuestra salud, aprender a escuchar esos mensajes, darles cabida.

Tomé plena conciencia del impacto que el entorno tiene en nuestra salud. Y con entrono me refiero al clima, el lugar geográfico en que vivimos, las estaciones del año, y también los vínculos. Entendí que todo lo que entra por nuestros 5 sentidos, nos nutre o nos intoxica. Y ello depende en gran medida de la interpretación de nuestra mente, del significado que le damos a lo que acontece, y las historias que nos contamos al respecto. Aprendí a cuestionar y relativizar esa mente que actúa como un lente, teñido o distorsionado por mis propias creencias y mandatos condicionantes.

Y como si todo fuera poco, esa dimensión espiritual del ayurveda me enseñó a darle un sentido diferente al enfermar. El ayurveda nos muestra que el síntoma y la enfermedad son un aviso, de que algo no está bien, de que nos estamos desviando del camino del alma, de que en alguna medida nos estamos fragmentando, percibiéndonos como algo separando del Todo. Por lo tanto, en esencia, enfermar puede ser una oportunidad para «volver a casa» y sanar viejas heridas.  Porque en última instancia, toda enfermedad encierra un mensaje y todo proceso de sanación requiere de una profunda integración.

Entonces, para terminar, me gustaría dejarte con estas preguntas: ¿Te conoces lo suficiente? ¿Qué estás necesitando integrar?

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